domingo, 9 de julio de 2023

Reino Unido, Canadá, España y Alemania se unen a aliados que desafían el intento de EE. UU. de dar bombas de racimo a Ucrania


Esta foto muestra las numerosas bombetas sin explotar dentro de los restos de una bomba de racimo mortal. (Foto de archivo de AP)

Un número creciente de aliados de Washington en la OTAN, incluidos Gran Bretaña, España, Canadá y Alemania, han declarado su negativa a seguir el ejemplo de Estados Unidos en el suministro a Ucrania de las bombas de racimo prohibidas internacionalmente.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, descartó el sábado suministrar municiones en racimo a Ucrania e insistió en que Londres no seguirá la controvertida decisión de Washington y más bien presionará a los gobiernos aliados para que aumenten su ayuda a Kiev “de otras maneras”.

Sunak señaló además que Gran Bretaña seguía siendo signataria de una convención internacional que prohíbe el uso y la producción de municiones en racimo, a diferencia de Estados Unidos, Rusia y Ucrania.

“Seguiremos haciendo nuestra parte para apoyar a Ucrania” en su guerra contra Rusia, agregó, y enfatizó que “lo hemos hecho proporcionando tanques de batalla pesados ​​y, más recientemente, armas de largo alcance”.

Canadá también reafirmó su compromiso con el acuerdo de la ONU que prohíbe el arma de destrucción masiva y expresó su oposición a su uso en la furiosa guerra de Ucrania contra Rusia.

“No apoyamos el uso de municiones en racimo”, declaró el gobierno canadiense en un comunicado citado por la emisora ​​nacional CTV el sábado, subrayando que Ottawa sigue “comprometida a poner fin a los efectos que las municiones en racimo tienen sobre los civiles, en particular los niños”.

España también expresó su oposición a la medida de Estados Unidos, y su ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que Madrid no apoya la decisión de Washington de enviar bombas de racimo a Ucrania.

"España, en base al compromiso firme que tiene con Ucrania, también tiene el compromiso firme de que determinadas armas y bombas no pueden ser entregadas bajo ningún concepto", dijo Robles.

Como parte de la Convención sobre Municiones en Racimo, España tiene una posición "clara y contundente" sobre este tipo de armas, y la decisión de EE.UU. de enviar las armas a Ucrania "no fue una decisión de la OTAN", enfatizó, además.

La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, también declaró el viernes que Berlín se opone a que Estados Unidos envíe municiones en racimo a Ucrania.

Además, el primer ministro Chris Hipkins de Nueva Zelanda, otro aliado cercano de EE. UU., también expresó la oposición de Wellington a la medida y dijo que disuadirá al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky del uso de bombas de racimo si ambos se reúnen esta semana en la cumbre de la OTAN. en Bruselas, Bélgica.
Hipkins enfatizó además que las armas de racimo eran “indiscriminadas, potencialmente causan un gran daño a personas inocentes y también pueden tener un efecto duradero”.
Según informes de prensa, las Naciones Unidas junto con decenas de organizaciones de derechos humanos y movimientos contra la guerra han censurado aún más a la administración Biden por su decisión.



El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió el viernes lo que describió como una “decisión difícil” de enviar las municiones de racimo ampliamente prohibidas a Kiev para su uso contra las tropas rusas, citando una grave escasez de otras municiones y armamento.

Las municiones en racimo están prohibidas en más de 100 países. Por lo general, esparcen numerosas minibombas más pequeñas en un área amplia, a veces tan grande como un campo de fútbol, ​​y pueden matar indiscriminadamente. Los que no explotan amenazan a los civiles, especialmente a los niños, durante décadas después de que termina un conflicto.

Rusia, mientras tanto, ha reaccionado enérgicamente a la decisión de Washington de suministrar el arma destructiva masiva a Ucrania, describiendo la medida como "un acto de desesperación" en medio del fracaso de Kiev para hacer mucho progreso en su contraofensiva contra las fuerzas rusas.

"Es un acto de desesperación y muestra debilidad en el contexto del fracaso de la tan cacareada contraofensiva ucraniana", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, en un comunicado el sábado.



La declaración se hizo eco de los comentarios despectivos de otros funcionarios rusos un día antes, con el embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, criticando la medida de Estados Unidos como una señal de "su impotencia", lo que los llevó a "cometer una nueva locura".

“Las municiones en racimo son un gesto de desesperación”, insistió también Antonov el viernes, según cita un informe de Sputnik News. "Tal medida habla del reconocimiento por parte de Estados Unidos y sus satélites de su impotencia".

Sin embargo, agregó: "Aquí no quieren admitir sus propios fracasos y el fracaso de los intentos de las Fuerzas Armadas de Ucrania de llevar a cabo una ofensiva contra las regiones rusas. Por lo tanto, cometen una nueva locura".

“Es llamativa la crueldad y el cinismo con que Washington abordó el tema de la transferencia de armas letales a Kiev”, enfatizó además Antonov, quien señaló que la administración Biden había ignorado totalmente “las tesis sobre la inhumanidad de tal paso expresadas por expertos, defensores de los derechos humanos”. activistas y legisladores", e hizo "la vista gorda" ante las bajas civiles.

Luego reiteró: "Ahora, por culpa de Estados Unidos, durante muchos años existirá el riesgo de que civiles inocentes vuelen por los aires con submuniciones que no funcionan".


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