Ha transcurrido aproximadamente medio año desde la agresión genocida de Israel contra el pueblo palestino en la asediada Franja de Gaza.
La guerra gonocida de Israel ha causado destrucción de infraestructuras, asesinatos, incendios y arrestos, violaciones de mujeres y asesinatos de niños en Gaza.
Y mientras avanzaban negociaciones para alcanzar tregua en el enclave costero palestino, la franca terquedad de Benjamín Netanyahu por frustrarlo y su insistencia en invadir Rafah, surge esta pregunta: ¿qué quiere Netanyahu?
Para responder a esta pregunta deberíamos echar a un vistazo en los daños que ha dejado la invasión israelí al enclave costero palestino. La actual agresión israelí provocó el martirio de más de 32 000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños. También destruyó infraestructuras, escuelas, universidades y todos los medios de vida, y provocó el desplazamiento del 80% de los 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza.
Uno de los crímenes más atroces de Israel ocurrió en el Complejo Médico Al-Shifa, donde los militares de este régimen arrestaron a mujeres, niños, el personal de salud, médicos y periodistas presentes en el complejo, de una manera vergonzosa y humillante que viola todas las convenciones y leyes internacionales.
Israel también ejecutó a los civiles detenidos, torturó, violó y asesinó a varias mujeres, un crimen que quedará como una mancha en la historia junto con el resto de las atrocidades de la ocupación contra el pueblo palestino.
Los incendios provocados por los cohetes y proyectiles de la ocupación, la guerra de hambre que libra contra los palestinos en Gaza, el asedio y las restricciones impuestas a las medicinas y equipos sanitarios, la matanza de niños, nos confirman que lo que Netanyahu busca en Gaza no es la liberación de los cautivos, sino algo más.
Mientras tanto, se están llevando a cabo negociaciones entre mediadores árabes y una delegación israelí, con dictados estadounidenses transmitidos por el secretario de Estado de Washington, Antony Blinken, para un acuerdo de intercambio de prisioneros y un alto el fuego en Gaza.
Desde el principio, la Resistencia palestina fue clara en sus demandas, que eran el regreso incondicional de los desplazados, un alto el fuego y la liberación de los prisioneros palestinos de las cárceles de ocupación.
Pero Netanyahu frustró todos los avances que las negociaciones estaban a punto de alcanzar en Gaza, a través de un nuevo paso, el último de los cuales fueron las masacres del Complejo Médico Al-Shifa.
Cualquiera que siga las declaraciones de Washington sobre todo lo que sucede en Gaza las ve como un cambio parcial, a pesar de que el Congreso aprobó una propuesta presupuestaria temporal que aprueba la provisión de nueva ayuda militar a Israel y deja de financiar a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) hasta marzo de 2025.
Washington recurrió recientemente a anunciar su rechazo a la invasión de Rafah. También propuso un vago proyecto en el Consejo de Seguridad para una tregua en Gaza, que fue rechazado por un veto ruso-chino. Con esos intentos, Estados Unidos busca no perder a sus aliados árabes en la región, así como ganarse la confianza del resto de países árabes que no se han normalizado las relaciones con Israel, es decir Arabia Saudí.
Los esfuerzos de EE.UU. se topan con una clara y franca intransigencia de Netanyahu que insiste en invadir Rafah y también intenta deliberadamente frustrar las negociaciones, a pesar de la muerte de los presos israelíes en Gaza por fuego amigo o por falta de medicinas y de hambre, y de las protestas de los israelíes que exigen un intercambio de prisioneros.
¿Qué quiere Netanyahu?
Netanyahu quiere permanecer en el poder a cualquier precio, porque sabe con certeza que cuando se anuncie el fin de la agresión contra Gaza, entonces hay muchas posibilidades que se celebran elecciones en la entidad ocupante israelí, y su pérdida en ellas es inevitable. Por lo tanto, Netanyahu está tratando de prolongar la agresión a Gaza tanto como sea posible, y si se ve obligado a aceptar un acuerdo de intercambio de prisioneros con HAMAS o un alto el fuego en Gaza, quiere mantener el estado de guerra en Gaza incluso si terminan las batallas, para garantizar que no se celebren elecciones y que él siga siendo primer ministro.
Y también para mantener a los gobiernos árabes en estado de temblor, lo que significa que el peligro les acecha. Por lo tanto, debéis silenciar a sus propios pueblos que exigen el enfrentamiento con “Israel” o vuestros tronos serán destruidos.
Y por último, pero no menos importante, en todo lo que está sucediendo hay un pueblo poderoso que se niega a flaquear bajo el peso de la ocupación, por eso, estaban y todavía están pagando el precio: Las mujeres son violadas, los niños asesinados, los ancianos sufren y los hombres son humillados, sin que los países reclamantes de derechos humanos tomen acción alguna, como si la humanidad hubiera fallecido y hubiera sido enterrada en los corazones de estos pueblos.
Por Mohsen Khalif
No hay comentarios:
Publicar un comentario