Casi once meses después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometiera acabar con HAMAS en la Franja de Gaza, el movimiento de Resistencia designó al objetivo número uno del régimen como su líder político.
Por: Wesam Bahrani *
Es un duro revés para Netanyahu y su gabinete de guerra fascista que Yahya Sinwar, que se cree que fue el cerebro de la operación Tormenta de Al-Aqsa el 7 de octubre, sea ahora jefe de Estado Mayor, más poderoso que nunca.
Si el régimen de Tel Aviv y Washington pensaban que asesinando a Ismail Haniya el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) perdería poder o influencia, ambos, por enésima vez, han calculado completamente mal la naturaleza de la Resistencia a la que se enfrentan.
Sinwar, que pasó la mayor parte de su vida adulta (23 años) en mazmorras israelíes y habla hebreo con fluidez, ahora moverá todos los hilos en lo que respecta a la lucha por la liberación de los territorios ocupados.
Después de más de 300 días de librar una guerra genocida en Gaza, reduciendo todo el territorio a escombros, invadiendo las mismas áreas y declarando la victoria sobre HAMAS, sólo para invadirlas de nuevo, ya es un testimonio de la incapacidad del ejército israelí para derrotar a la Resistencia palestina.
Si añadimos todos los crímenes de guerra que las fuerzas de ocupación israelíes han cometido en el minúsculo y totalmente bloqueado territorio palestino, HAMAS todavía puede sentarse y reunirse durante dos días para nombrar a Sinwar como sucesor de Haniya.
Esa es una evaluación condenatoria de cómo los estadounidenses y los israelíes han perdido el rumbo en esta guerra, a pesar de matar a casi 40 000 personas, como si el 7 de octubre no fuera suficientemente malo.
La ironía es que, como jefe de la oficina política de HAMAS, Haniya ni siquiera tomó las decisiones finales en la mesa de negociaciones con el enemigo.
Todos los mensajes tenían que volver a Sinwar y Gaza primero antes de que HAMAS, que también representa al Eje de la Resistencia, presentara cualquier posición. Esto demuestra la importancia del campo de batalla y de quienes lideran la lucha.
Ahora hay que intentar llegar a un acuerdo con HAMAS, cuyo brazo armado, junto con otras facciones de la Resistencia palestina en Gaza, está pasando a la ofensiva contra las fuerzas de ocupación israelíes. Esta misma semana, atacaron a las tropas de ocupación a pocos metros de la barrera de separación al este de la ciudad de Jhan Yunis.
Las familias de los prisioneros israelíes en Gaza pueden olvidarse de cualquier futuro acuerdo de intercambio de prisioneros y de la temeridad de Netanyahu, que quiere prolongar la guerra genocida contra los palestinos en Gaza.
Sinwar es ahora el líder político y el que toma las decisiones en general, y está dentro de Gaza, no en el exilio.
No aceptará ningún acuerdo de alto el fuego cuando sabe perfectamente que las fuerzas de ocupación israelíes han sido derrotadas dentro del territorio asediado, pero el régimen de Tel Aviv o Washington siguen sin admitirlo.
Si lo hicieran, no sólo sería la mayor vergüenza del siglo, sino que derrumbaría cualquier poder de disuasión que los israelíes o los estadounidenses creen que conservan en la región.
El Eje de la Resistencia lleva ya un tiempo dirigiendo el espectáculo, y eso avergüenza también a todos los regímenes títeres árabes, aquellos que han apoyado al régimen de forma encubierta o abierta o han encubierto sus crímenes.
La resistencia en Gaza continuará. Más tropas israelíes morirán en las emboscadas más sofisticadas, y el metro de Gaza no sólo sigue intacto sino que funciona a destajo. Estos son los hechos innegables.
Sinwar esperará hasta que Netanyahu ondee él mismo la bandera blanca. El exprisionero palestino estudió hebreo para entender la mentalidad de su enemigo y dominó todo el proceso de pensamiento de los israelíes y los estadounidenses cuando pasó más de 23 años en las cárceles israelíes más notorias.
Al igual que su predecesor Haniya, Sinwar sacrificó todo lo que tenía por el bien de la condición de Estado palestino, la libertad, la dignidad y la identidad nacional.
Intentó la vía pacífica con las manifestaciones de la Marcha del Retorno. No funcionó después de que los francotiradores israelíes utilizaran a los manifestantes pacíficos de Gaza como práctica de tiro.
Sinwar se lanzó directamente a la resistencia armada después de un año de planificación y conmocionó al mundo con la Operación Tormenta de Al-Aqsa. Marcó un momento decisivo y el comienzo del fin del régimen ilegítimo del apartheid y del asesino de niños.
No queda nada de Gaza. Los israelíes no pueden seguir bombardeando lo que ya ha sido bombardeado varias veces en los últimos diez meses.
Demasiados palestinos han sufrido. Y Sinwar lo ha visto todo ahora. No depondrá las armas de HAMAS ni de ningún otro movimiento de Resistencia palestino. No pueden darse el lujo de retroceder o rendirse en este momento y después de tantos sacrificios, incluido el de Haniya.
Aquí es donde los estadounidenses y los israelíes se equivocaron con el asesinato de Haniya. Haniya ya había perdido a más de 60 de sus familiares y parientes en los últimos diez meses, pero nunca bajó la bandera de Palestina. Siguió siendo el abanderado de la Resistencia palestina.
Ni siquiera cuando sus hijos, nietos y hermana fueron martirizados. Juró que continuaría hasta su última hora. Juró que no transigiría en sus principios.
En todo caso, Sinwar está aún más decidido. Ha estado en Gaza y lo ha visto todo. Es testigo de la barbarie israelí y ha enterrado a sus camaradas él mismo.
Los palestinos, y en particular los de Gaza, se enorgullecen del martirio. Es una insignia de honor para ellos. Las fuerzas de ocupación israelíes no. Carecen de causa. Saben que están del lado equivocado de la historia.
Las Brigadas Al-Qassam (brazo armado de HAMAS) y todas las demás facciones de la Resistencia armada en Gaza anhelan el martirio por la causa de Palestina, su libertad y dignidad, y todas están respondiendo al llamado de Sinwar ahora.
Sinwar no se rendirá. Luchará hasta la victoria o el martirio; no más humillación en Gaza. La ecuación cambió hace muchos meses, y cambió para siempre.
Haniya, Sinwar y más de dos millones de habitantes de Gaza han vuelto a poner a Palestina en el mapa del mundo en un momento en que la causa palestina estaba prácticamente relegada a un segundo plano y la normalización con la entidad sionista ocupante era tendencia en el mundo árabe.
Se ha informado de que el recién nombrado jefe de la oficina política de HAMAS sigue la escuela de la batalla de Karbala. Y 1400 años después, Karbala es la luz brillante que brilla sobre el Eje de la Resistencia en su batalla contra la barbarie, la injusticia y la tiranía.
El pueblo oprimido de Gaza, que ha estado viviendo en la prisión al aire libre más grande del mundo durante décadas, está en el camino de la victoria o el martirio.
El nombramiento de Sinwar es un buen augurio para HAMAS en particular y para la Resistencia palestina en general. Podría ser un precursor de la liberación de los territorios ocupados y la aniquilación del régimen del apartheid.
* Wesam Bahrani es un periodista y comentarista iraquí.
Texto recogido de un artúculo publicado en Press TV.
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