Destrucción de Belgrado por la OTAN
Ahora Estados Unidos y sus satélites chantajean a la República Popular Democrática de Corea diciendo que ella no puede lograr el desarrollo económico si no renuncia sus armas nucleares, y por otra parte, seducen prometiendo ayudarla si toma otra alternativa.
Pero, el ejército y pueblo coreanos abrirán la ruta de prosperidad tomando más fuerte las armas nucleares.
Señala así el diario Rodong Sinmun en un artículo individual de este sábado y continúa:
Durante más de 20 años pasados, EE.UU. y los países occidentales derrocaron alternando la táctica de garrote y la de zanahoria los regímenes de varios países que pretendían fortalecer la capacidad de defensa nacional y preparar el disuasivo nuclear.
Antes del inicio de guerra balcánica, EE.UU. obligó a Yugoslavia a retirar las tropas especiales desde Kosovo.
Luego de propiciar la ocupación de esa zona por parte del ejército de Kosovo, provocó nuevamente el incidente de Kosovo y lanzó el indiscriminado ataque aéreo sobre Yugoslavia.
En el caso de Iraq, el imperio instigó primero a los iraquíes a destruir los establecimientos militares, incluso los misiles, arma principal de ese país pérsico, y desató después la guerra.
El incidente de Libia fue el más trágico.
EE.UU., que consideraba a Libia desde hace mucho tiempo como una espina atravesada en su garganta, sedujo a renunciar el programa nuclear que impulsaba por varias décadas e instigó a los países de la OTAN a devastarlo con la operación de ataque a modo de oleada.
Bajo la promesa engañosa de ofrecer la asistencia y normalizar las relaciones, EE.UU. internacionaliza primero el asunto interno de los países blancos, les aplica la sanción multilateral y los ataca finalmente con fuerzas militares.
Los incidentes mencionados enseñan la lección de que si un país no es fuerte, no puede defender su soberanía ni la dignidad nacional ni asegurar el derecho a la vida y al desarrollo de su pueblo
Fuente: http://www.diario-octubre.com
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