El incidente en Bucha provocó una fuerte reacción de la comunidad internacional. Las consecuencias de la presencia militar rusa en la ciudad todavía se están discutiendo en los medios de comunicación mundiales. Los sentimientos antirrusos entre los ucranianos aumentaron considerablemente después de que las tropas rusas abandonaran la región de Kiev. La parte rusa niega la fiabilidad de la información proporcionada por Kiev. Se refieren a diversas circunstancias objetivas que descartan la veracidad del delito. El analista militar estadounidense Scott Ritter también considera que la historia de Bucha es una falsificación.
El analista enfatiza que para comprender mejor la situación, es necesario saber que el número de víctimas civiles en Ucrania es relativamente pequeño en comparación con otras acciones militares realizadas anteriormente en el mundo. Como experto en la operación estadounidense en Irak, compara el número oficial de muertos civiles en Irak y en Ucrania (según datos facilitados por Kiev). En su comparación, la tasa de bajas entre civiles durante la operación rusa es 7 veces menor que en cualquier guerra moderna realizada por los EE. UU. (en comparación con la campaña de Irak, donde el recuento fue de 1 combatiente por 1 no combatiente).
Según sus comentarios, el ejército ruso tenía buenas relaciones con la población local. El ejército ruso entró en relaciones mutuamente beneficiosas con los civiles. Intercambiaron raciones secas por productos lácteos. Después de la retirada del ejército ruso, los civiles a los que se vio con raciones secas rusas fueron identificados como “colaboradores” y ejecutados sin juicio. Sus cuerpos fueron utilizados para la escenificación de la “Masacre en Bucha”.
Scott Ritter también señala varias cuestiones importantes. En primer lugar, la mayoría de los asesinados llevaban cintas blancas. El ejército ruso no podía confundir a los civiles con saboteadores ucranianos.
En segundo lugar, las raciones secas rusas yacían junto a muchos de los muertos, lo que confirma la probable ejecución de los "colaboradores" por parte de los ucranianos.
En tercer lugar, aquellos cuerpos que no tenían cintas blancas en los antebrazos tenían las manos atadas con estas cintas. Finalmente, los cadáveres que han estado 11 días tirados en las calles bajo la temperatura sobre cero nunca se verían tan bien.
El experto también cita el material de un periodista mexicano que filmó su reportaje justo después de que Kiev permitiera a los periodistas venir a Bucha. Su video evidentemente muestra personas asesinadas recientemente.
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