Hoy se celebra el 80 aniversario de la batalla de Kursk que no solo se convirtió en el mayor enfrentamiento entre carros de combate en la historia, sino que cambió el escenario de la Segunda Guerra Mundial, contribuyendo a la derrota de los fascistas.
La batalla de Kursk, o la operación Ciudadela para los nazis, duró 50 días y noches, del 5 de julio al 23 de agosto de 1943, con la participación de más de cuatro millones de personas, más de 69.000 cañones y morteros, más de 13.000 tanques y cañones autopropulsados, y hasta 12.000 aviones en ambos Ejércitos, el soviético y el alemán.
Los fines de la URSS en el arco de Kursk fueron desbaratar una gran ofensiva alemana y derrotar a la agrupación estratégica enemiga.
"El 1 de julio [Adolf] Hitler tomó la decisión final de que la operación Ciudadela comenzaría el 5 de julio. Al hacerlo, contaba en gran medida con un elemento de sorpresa, pero no se produjo. La inteligencia militar soviética tenía suficiente información sobre los preparativos del enemigo para esta operación desde hace dos meses", comentó a Sputnik el jefe del Centro de Análisis y Evaluaciones Militares y Diplomáticas, coronel retirado y doctor en Historia, Vladímir Vinokúrov.
Subrayó que, sobre la base de estos datos, los comandantes de los Frentes Central y de Vorónezh recibieron instrucciones de infligir un ataque masivo de artillería en las zonas donde se amontonaban las tropas alemanas.
El 12 de julio esto culminó en una de las mayores batallas de carros de combate de la Segunda Guerra Mundial, en las afueras de Prójorovka. En ella participaron unos 12.000 tanques y cañones de asalto. En un día la agrupación alemana perdió cerca de 10.000 personas y más de 360 tanques. En tanto, el Ejército soviético se saldó con cerca de 3.000 personas muertas y heridas y 350 tanques perdidos.
Pero todos los combates fueron muy duros: los participantes los recordaban como "un infierno" y aseguraban que fueron unos de los peores de toda la guerra. Las tropas soviéticas sufrieron más bajas que los alemanes —70.000 fallecidos y 110.000 heridos, mientras que los nazis tuvieron 56.000 muertos— porque en la primera fase la ofensiva alemana avanzaba por tramos estrechos, concentrando en ellos todas sus fuerzas y maquinaria.
En general, durante la batalla de Kursk todos los objetivos de la URSS fueron logrados con éxito. El equilibrio de fuerzas en el frente cambió bruscamente a favor del Ejército Rojo, lo que le proporcionó condiciones favorables para lanzar una ofensiva estratégica general. Alemania y sus aliados pasaron a la defensiva en todos los escenarios de la Segunda Guerra Mundial y empezó el colapso del bloque nazi.
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