Saymour Hersh, el periodista de investigación y ganador del Premio Pulitzer que a principios de este año reveló el papel de Washington en los ataques terroristas contra la red rusa de gasoductos Nord Stream, da a conocer ahora pruebas de la desilusión que existe en el seno de la Administración Biden por la fallida contraofensiva de Kiev.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) notificó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que era poco probable que la contraofensiva ucraniana infligiera una derrota a Moscú, de acuerdo con este periodista que citó a un funcionario de inteligencia del país norteamericano.
"A él [Blinken] le llegaban noticias a través de la Agencia [CIA] de que la ofensiva ucraniana no iba a funcionar. Fue un espectáculo de Zelenski y hubo algunos en la Administración que creyeron en su bullshit [mierda]", dijo el funcionario, según Hersh.
De acuerdo con esta versión, Blinken se dio cuenta de que Washington y Kiev "no ganarán el conflicto" contra Rusia, pero no quería ser "el bufón de la corte" de la Administración Biden en relación con la crisis ucraniana.
"Blinken quería negociar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania como hizo Kissinger en París para poner fin a la guerra de Vietnam", según el funcionario. En lugar de eso, el secretario se dio cuenta de que "iba a ser una gran pérdida" y "se encontró con los esquís por los suelos".
Ucrania lanzó una contraofensiva a principios de junio contra las posiciones rusas fuertemente atrincheradas en las regiones del Donbás, Jersón y Zaporozhie. Sin embargo, no logró avances sustanciales y pagó con decenas de miles de vidas ucranianas y cientos de vehículos blindados proporcionados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ya que las fuerzas ucranianas fueron incapaces de alcanzar siquiera las primeras líneas defensivas rusas importantes en dos meses y medio.
El bebé de Jake Sullivan
El funcionario de inteligencia citado por Hersh también ofreció nuevos detalles sobre las motivaciones de la Administración Biden para celebrar la Cumbre de Paz de Yeda, en Arabia Saudita, a principios de agosto una reunión que terminó fracasando después de que Moscú curiosamente fuera excluida de la lista de invitados. Sin embargo, desde antes, Washington vendió la idea de que ese encuentro era una victoria.
"Yeda fue el bebé de [el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake] Sullivan", dijo el funcionario, quien planeó que fuera "el equivalente de Biden" al Tratado de Versalles de Woodrow Wilson al final de la Primera Guerra Mundial.
"La gran alianza del mundo libre reunida en una celebración de victoria tras la humillante derrota del odiado enemigo para determinar la forma de las naciones para la próxima generación. Fama y gloria. Ascenso y reelección. La joya de la corona iba a ser el logro de Zelenski de la rendición incondicional de Putin tras la ofensiva relámpago de primavera. Incluso estaban planeando un juicio tipo Nuremberg en el tribunal internacional, con Jake como nuestro representante. Una cagada más, pero ¿quién lleva la cuenta? Se presentaron 40 naciones, todas menos seis en busca de comida gratis tras el cierre de Odesa", comentó el funcionario.
A pesar de las crecientes preocupaciones internas sobre la viabilidad de la contraofensiva ucraniana, el ganador del Premio Pulitzer cree que Estados Unidos seguirá promoviendo un enfoque ilusorio de la crisis ante el pueblo norteamericano, incluso cuando "el final" se acerca y "las evaluaciones suministradas por Biden al público son sacadas de una tira cómica".
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